En el número anterior de esta revista tratamos la mecánica del lanzamiento de dardos, es decir, el comportamiento de un dardo lanzado en el vacío. Sin embargo, el aire afecta al comportamiento del dardo. La aerodinámica es la ciencia que estudia sus efectos.
Vamos a analizar el movimiento del dardo como si éste estuviera parado y sólo fuera el aire el que se moviese, igual que el aire se mueve alrededor de nuestra mano cuando la sacamos por la ventanilla en un coche en movimiento.
Además, tampoco vamos a considerar el efecto de la pluma, que estudiaremos en detalle en el próximo número de esta revista, cuya misión es estabilizar el dardo, evitar que rote durante su trayectoria y conseguir que ésta se mantenga derecha.
Un dardo volando, igual que un avión, está sometido al efecto combinado de cuatro fuerzas (Figura 1): peso (P), empuje (E), sustentación (S) y resistencia (R).
Figura 1. Fuerzas aplicadas sobre un dardo en vuelo.
El peso (P) mide la fuerza con la que la gravedad atrae al dardo hacia el suelo.
El empuje (E) es la fuerza que le damos al dardo cuando lo lanzamos, que hace que el dardo adquiera velocidad y se dirija hacia la diana.
La sustentación (S) es la fuerza que empuja al dardo hacia arriba (en contra de su peso) y le permite volar. La sustentación se debe a la Ley de Bernoulli, también llamada efecto de Venturi, que relaciona la presión del aire con su velocidad: a más velocidad menor presión, a menor velocidad más presión. Imaginemos agua a través de un canal cuya sección se contrae (Figura 2).
Para estudiar como actúa la sustentación tomemos como
ejemplo el ala de un avión. El ala de un avión es más
plana por debajo que por arriba (Figura 3), por ello, las partículas
de fluido que siguen la línea de corriente superior, que es más
larga, necesitan una velocidad más alta que las partículas
que siguen la línea de corriente inferior, más corta. La
ley de Bernoulli nos dice que la presión del aire por debajo del
ala, donde el fluido es más lento, es mayor que por encima, donde
es más rápido. Por tanto, el ala sufre un empuje hacia arriba,
la fuerza de sustentación que mantiene al avión en vuelo.
(a) (b)
La fuerza de resistencia (R) es la que se resiste al empuje. Si el empuje es mayor que la resistencia el dardo vuela hacia adelante. Si la resistencia es igual o mayor que el empuje el dardo cae al suelo como una piedra. La fuerza de resistencia tiene dos componentes principales: la fricción de la superficie con el aire y la resistencia inducida. La resistencia se mide por el coeficiente aerodinámico.
La fuerza de fricción se debe a que el aire se opone a ser atravesado, tiene viscosidad (aunque el aire es poco viscoso). Esta fuerza depende de la superficie que el objeto expone al aire, tanto de su sección transversal como de su forma longitudinal y rugosidad. Un dardo tiene un coeficiente aerodinámico de fricción muy pequeño. Podemos sentir la fuerza de fricción cuando sacamos la mano por la ventanilla de un coche con la palma horizontal (poca fricción) o en vertical (mucha fricción).
La fuerza de sustentación en un cuerpo no se aplica directamente sobre el centro de gravedad del cuerpo sino sobre otro punto, el llamado centro de presiones, que está próximo al centro de gravedad pero un poco más atrás. Ello hace que la fuerza de sustentación se descomponga en una componente vertical y otra pequeña componente horizontal que se opone al movimiento, la resistencia inducida.
Cuando un fluido viscoso se mueve sobre una superficie, aunque pueda parecer paradójico, se para literalmente en dicha superficie, es decir, no hay velocidad relativa del fluido respecto de la superficie. De esta forma se genera una capa de fluido "parado" (capa límite) en la superficie del cuerpo donde la fuerza de fricción es pequeña. El espesor de la capa límite crece a lo largo de la superficie del dardo, menor en la la punta que en la cola, como se muestra en el Figura 5, y depende de la forma y rugosidad de la superficie y de su velocidad.
(a) (b)
Y para acabar dos consejos. Primero, cuando soltéis el dardo
durante el lanzamiento intentad que forme un pequeño ángulo
con la horizontal (el ángulo de ataque) con ello el dardo volará
mejor. Segundo, el peso de vuestros dardos debe estar en consonancia con
la fuerza con la que lancéis; para darle velocidad suficiente al
dardo, si éste es pesado debéis lanzar con mucha más
fuerza que si no lo es. Y ahora, ¡a practicar!
Francisco R. Villatoro
Profesor de la Universidad de Málaga
El autor agradece los comentarios realizados por Dr. D. Juan Ignacio Ramos Sobrados.