Dícese de Quevedo que fue claro
y que en algunas coplas está obsceno;
Góngora puede ser que fuese bueno,
pero ya sus comentos le hacen raro.
El Calderón, que nos lo venden caro,
sólo de lo amatorio fue muy lleno
y nos dejó en lo cómico un veneno
que nos hemos bebido sin reparo.
La idea de Juan Pérez fue abatida,
de Solís intrincada. ¡Infeliz suerte,
oh ciencia pobre, facultad perdida!
¡Mundo borracho, que al varón más fuerte
después de ajarlo miserable en vida
predicas estas honras en su muerte!
Torres Villarroel.
Engulle el poderoso rica sopa
cuando a mí me contenta una zurrapa;
y siendo el mundo dilatado mapa
le parece a su vicio estrecha copa.
Con bordada, sutil y blanda ropa
el barro humano diligente tapa;
y a mí me envuelve miserable capa
y un negro camisón de ruda estopa.
Ostenta a todos la gotosa tripa
y puede ser el que mejor me sepa
a mí la sucia bota que a él su pipa.
De la humana miseria huyendo trepa;
pero, por más que puja, anda y ahipa,
todos somos racimos de una cepa.
Torres Villarroel