Di, Ana, ¿eres Dïana? No es posible,
que eres fecunda y eres más hermosa.
¿Eres, por dicha, el Sol? Tampoco es cosa,
aunque sola, a tu sexo compatible.
¿Eres Belona bella? Fue terrible;
ni Venus, que era fácil, aunque diosa.
¿Pues qué serás, oh imagen milagrosa,
si el ser humana y tal es increíble?
Serás Dïana, Ana, en la pureza,
Febo en el resplandor y en la alegría;
en valor Palas, Venus en belleza;
y mujer a quien dio más que podía
la atenta y liberal Naturaleza
que, en hacerte, más hizo que sabía.
Juan Rufo.