Agora con la aurora se levanta
mi Luz; agora coge en rico nudo
el hermoso cabello; agora el crudo
pecho ciñe con oro y la garganta;
agora, vuelta al cielo, pura y santa,
las manos y ojos bellos alza, y pudo
dolerse agora de mi mal agudo;
agora incomparable tañe y canta.
Así digo y del dulce error llevado
presente ante mis ojos la imagino
y lleno de humildad y amor la adoro;
más luego vuelve en sí el engañado
ánimo y, conociendo el desatino,
la rienda suelta largamente al lloro.
Fray Luis de León.
Amor casi de un vuelo me ha encumbrado
adonde no llegó ni el pensamiento;
mas toda esta grandeza de contento
me turba, y entristece este cuidado:
que temo que no venga derrocado
al suelo por faltarle fundamento;
que lo que en breve sube en alto asiento
suele desfallecer apresurado.
Mas luego me consuela y asegura
el ver que soy, señora ilustre, obra
de vuestra sola gracia, y en vos fío;
porque conservaréis vuestra hechura,
mis faltas supliréis con vuestra sobra
y vuestro bien hará durable el mío.
Fray Luis de León